“El mayor error lo comete quien no hace nada
porque sólo podría hacer un poco”
– Edmund Burke
Ramón Esono Ebalé es dibujante de tebeos. Para ser más precisos, especialista en humor gráfico y satírico. Si esta profesión ya no es nada fácil en los (aparentemente) países libres y democráticos, en el caso de Ramón Esono Ebalé, guineano de origen, supone un auténtico riesgo.
Guinea Ecuatorial es un pequeño país del África Subsahariana, el tercero en producción de petróleo de la zona, que destaca por ser uno de los más ricos del continente (su renta per capita anual teórica es de 32.026 US$ según un informe elaborado por las Naciones Unidas en 2013). Sin embargo, está riqueza se ve reflejada en su sociedad de forma inversamente proporcional, tanto a nivel de derechos económicos, como sociales y humanos.
Ramón Esono Ebalé, con su sentido crítico y sus lápices como única herramienta, decidió dar un pequeño paso. Y sus sátiras y su arte, que ponían en evidencia el mal gobierno de su país, le costaron el exilio. En 2014 da un paso más y dibuja, bajo los guiones de Chino y Tenso Tenso, la novela gráfica La pesadilla de Obi, en la que se retratan y denuncian, en clave de sátira, los abusos de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, actual presidente vitalicio de Guinea Ecuatorial. Parte de la edición se distribuyó, evidentemente de forma clandestina, en su país. Y al año siguiente se realizó una edición digital, a la que podéis acceder en este enlace.
Evidentemente, esta obra no causo precisamente una oleada de simpatía en ámbitos gubernamentales. Algo natural, pues un estado totalitario y dictatorial, aparte de libertades, carece también de sentido del humor. Así que cuando el artista viajó hasta Guinea Ecuatorial para renovar su pasaporte, después de que la Embajada en Madrid le comunicara que allí no podía llevar a cabo este trámite y le expidiera un salvoconducto para viajar hasta Malabo, Esono se temió lo peor.
Y lo peor aconteció el pasado 16 de septiembre, cuando fue detenido, conducido hasta la Comisaría Central de Malabo e interrogado por la división Antiterrorista y de Actividades Peligrosas. Tres días más tarde fue llevado ante el juez, que le acusó de falsificación y blanqueo de dinero, y ordeno su inmediato encarcelamiento, sin posibilidad de fijar fianza, en la prisión de Black Beach, catalogada como una de los cinco peores cárceles del mundo.
Si has llegado hasta aquí, como lector de tebeos te preguntarás que demonios tiene que ver todo esto contigo. Y posiblemente tengas parte de razón, ya que los tebeos son, principalmente, una fuente de diversión y de evasión, como lo puede ser el cine, la televisión o el teatro. Pero también pueden ser algo más, y así lo entiende Esono y otros muchos artistas a lo largo y ancho del planeta. Pueden servir para que reflexionemos y fijemos la atención, aunque sólo sea un instante, en todos esos pequeños (y no tan pequeños) países en los que se cometen grandes barbaridades. Y para demostrar que, aunque en muchas ocasiones el precio a pagar pueda ser demasiado alto, la pluma seguirá siendo más poderosa que la espada.
“Lo único que necesita el mal para triunfar
es que los hombres buenos no hagan nada”
-Edmund Burke
P.S.: Este artículo ha sido elaborado principalmente gracias a la información proporcionada por Tebeosfera, la APIM (Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid), Human Rights Watch y Amnistía Internacional. Y gracias mil a Jordi Manzanares y Miquel Montlló, a través de los cuales me llegó en primera instancia el caso de Ramón Esono Ebalé.